Conocer a Jesús es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona; haberlo encontrado nosotros es lo mejor que nos ha ocurrido en la vida, y darlo a conocer con nuestra palabra y obras es nuestro gozo. DA 29

lunes, 24 de octubre de 2011

Iniciamos la Misión 2011

Guillermo García y su esposa Rosa Falcón en misión, Pobl. Aurora,  24/09/2011



El 18 de Junio hemos iniciado la Misión Continental 2011, que lleva por lema "Chile, una mesa para todos".
Nuevamente llamamos a todas las casas de nuestro sector y, después de identificarnos y explicar nuestro propósito, ofrecemos la Bendición de la Mesa donde la familia comparte los alimentos.
Entregamos de regalo un díptico que contiene la imagen del Rostro de Jesús, el de la Sábana Santa, versículos del Evangelio de San Juan y del Apocalípsis. También tiene oraciones para agradecer los alimentos, que es uno de los propósitos de la Bendición de la Mesa familiar.
También regalamos santitos, oraciones impresas, folletos de Radio María, rosarios, a veces Evangelios, lo que podamos, la idea es apoyar y fomentar la fe de las personas que visitamos.

Siempre la Misión es una gracia. Para aquellas familias que nos reciben y sobre todo para nosotros  los misioneros. Cuando terminamos la jornada y nos vamos a nuestra casa, vamos con el corazón lleno, y nos vienen a la cabeza las palabras de los de Emaús: ¿Acaso no nos ardía el corazón mientras hablaba?
La Misión es lo más cercano a la experiencia de Emaús.

jueves, 21 de julio de 2011

El padre Pablo

Llegó nuestro nuevo párroco: el padre Pablo Fuenzalida Valdebenito. Antes había sido vicario, capellán y otras funciones en otros colegios y parroquias, pero, esta vez es titular, es el cura Párroco.
Tiene bastante energía, está presente en todo lo que puede y tiene también grandes proyectos para nuestra parroquia, desde convertirla en un Santuario mariano con misas todos los días, hasta construirle el 2º piso para que haya salones suficientes para la cantidad de actividades que se requiere hacer.
Si Dios quiere, se podrán concretar en los próximos meses y años que él estará a cargo.

También apoya la Misión, porque está consciente del envío realizado en Aparecida y de la importancia fundamental de salir de los templos, sin miedo, y anunciar el Reino de Dios en nuestra comunidad.

Le pedimos al Señor que acompañe a nuestro nuevo Párroco cada día de su vida, para que su labor sea profundamente benéfica: Para mayor gloria de Dios y bien de las almas, como al Señor le gusta.

sábado, 14 de mayo de 2011

El padre Pedro


Hemos cambiado de párroco. El padre Pedro Lobos Sandoval terminó su período a cargo de nuestra parroquia y fué trasladado a un nuevo servicio, esta vez a una parroquia de la zona oeste.

¿Qué cualidad recordamos más en él? La humildad. Su notoria humildad, evidente apenas se lo conocía. ¿Otra? Su calidez, su acogida amorosa a quienes lo visitaban, siempre intentando que la otra persona se sintiera cómoda, agradada. Siempre parecía tener mucho tiempo para recibir y atender a las personas que acudían a hablar con él.
Y una característica de no muchos párrocos: Dejaba servir a los laicos. El laicado de nuestra parrroquia funciona en forma abundante y entusiasta. Se ven logros en la Catequesis, la Pastoral social: tenemos un Policlínico que atiende casi todos los días de la semana, se reparten canastas de alimentos todos los meses, etc. y sobretodo en la Misión, donde se llevó la Bendición de las Familias a 1.000 hogares de nuestra comunidad, habiendo recorrido el territorio entero de nuestra parroquia y habiendo llamado en casi 2.500 casas.

Le agradecemos al padre Pedro su apoyo constante a todas las causas que veía buenas para el crecimiento del Reino en nuestra comunidad.
¿Faltaron cosas por hacer? Indudable. Siempre faltan, toda realidad es perfectible y los más perfectibles de todos somos nosotros los seres humanos.
A medida que le pidamos al Señor cambiar nosotros, seremos capaces de cambiar también nuestra realidad.
Oramos por el nuevo camino que ha emprendido el padre Pedro. Que Dios Nuestro Señor lo guie y lo bendiga abundantemente cada día de su vida.

Sabemos que él estará también orando por nosotros.