Conocer a Jesús es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona; haberlo encontrado nosotros es lo mejor que nos ha ocurrido en la vida, y darlo a conocer con nuestra palabra y obras es nuestro gozo. DA 29

sábado, 14 de mayo de 2011

El padre Pedro


Hemos cambiado de párroco. El padre Pedro Lobos Sandoval terminó su período a cargo de nuestra parroquia y fué trasladado a un nuevo servicio, esta vez a una parroquia de la zona oeste.

¿Qué cualidad recordamos más en él? La humildad. Su notoria humildad, evidente apenas se lo conocía. ¿Otra? Su calidez, su acogida amorosa a quienes lo visitaban, siempre intentando que la otra persona se sintiera cómoda, agradada. Siempre parecía tener mucho tiempo para recibir y atender a las personas que acudían a hablar con él.
Y una característica de no muchos párrocos: Dejaba servir a los laicos. El laicado de nuestra parrroquia funciona en forma abundante y entusiasta. Se ven logros en la Catequesis, la Pastoral social: tenemos un Policlínico que atiende casi todos los días de la semana, se reparten canastas de alimentos todos los meses, etc. y sobretodo en la Misión, donde se llevó la Bendición de las Familias a 1.000 hogares de nuestra comunidad, habiendo recorrido el territorio entero de nuestra parroquia y habiendo llamado en casi 2.500 casas.

Le agradecemos al padre Pedro su apoyo constante a todas las causas que veía buenas para el crecimiento del Reino en nuestra comunidad.
¿Faltaron cosas por hacer? Indudable. Siempre faltan, toda realidad es perfectible y los más perfectibles de todos somos nosotros los seres humanos.
A medida que le pidamos al Señor cambiar nosotros, seremos capaces de cambiar también nuestra realidad.
Oramos por el nuevo camino que ha emprendido el padre Pedro. Que Dios Nuestro Señor lo guie y lo bendiga abundantemente cada día de su vida.

Sabemos que él estará también orando por nosotros.