Conocer a Jesús es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona; haberlo encontrado nosotros es lo mejor que nos ha ocurrido en la vida, y darlo a conocer con nuestra palabra y obras es nuestro gozo. DA 29

sábado, 20 de octubre de 2012

La Iglesia existe para evangelizar




Como todos los sábados, hoy salimos otra vez a recorrer las calles de nuestra parroquia y llamar a las casas de  nuestros vecinos para ofrecer la Bendición de la mesa donde la familia comparte los alimentos.
Jaime mi hermano misionero y yo llamamos en 15 casas, nos abrieron 6. En 2 de ellas no se interesaron, una porque estaba muy ocupado y no quería conversar, y la otra, porque la señora, muy amable, es adventista y no cree necesario recibir bendiciones católicas.
De las otras 4, en una de ellas no podremos entrar, porque la persona católica que nos abrió le arrienda una pieza a una familia testigo de jehová, quienes ni siquiera le permiten tener una imagen de la Virgen Santísima o un santo en su pieza. Le regalamos el díptico con el Rostro de Nuestro Señor, y le gestionaremos una canasta familiar, porque vive una situación de emergencia económica, aparte de la situación evidente de maltrato espiritual (¿Por qué no puede dar adoración a Dios de la manera que su conciencia le indica?) . 
Otras 2 bendiciones quedaron pendientes para el próximo sábado, y hoy sólo pudimos entrar y bendecir una sola familia.
Uno de quince es algo así como el 6.7 % de rendimiento, y si esto fuera un negocio, sería un muy mal negocio. Pero, como es una obra para el Señor...
En sus manos queda todo, y eso ya es suficiente. 
En esa familia estaban alejados de la Iglesia, la madre, una señora mayor, había sido bautizada, catequizada y confirmada, pero una testigo de jehová que tiene por amiga le hizo quitar sus santos, imágenes y un crucifijo que llevaba colgado del cuello. No va a Misa hace mucho tiempo, considera que el mundo irá cada vez peor y a permitido que sus hijas llamen a Dios, Jehová en vez de Padre.
Estuvimos en esa casa casi 2 horas, proclamamos el Evangelio de San Juan, cap. 6, 48 - 58. Lo comentamos y hablamos sobre la importancia radical de la Eucaristía como regalo, invitación y mandato de Nuestro Señor.
Conversamos sobre la fundación de la Iglesia por obra de Jesucristo ¡y sobre Pedro! en Mateo 16, y defendimos nuestra fe: "El que conmigo no recoge, desparrama"(Mt. 12, 30), o sea no todas las religiones son iguales, y no da lo mismo el camino que uno siga.
Escuchamos, primero también, sus penas, preocupaciones y alegrías, todas las pusimos en oración.
Después de casi dos horas de compartir, conversar y orar, nos despedimos con fraternidad. 

La señora y sus dos hijas quedaron muy contentas, regresarán a la Santa Misa, y nos recibirán desde abril del próximo año en la Catequesis a domicilio que comenzaremos a hacer, además, expondrá sus imágenes nuevamente y sin vergüenza.

¿No compensa esto lo del 6.7 %? Y la alegría del alma con que el misionero regresa a casa después de la Misión, ¿Cómo se mide? Los frutos del Señor no se pueden medir con medidas humanas, todas quedan chicas.
Hay una cosa que es cierta y la distingo cada día más: La Iglesia existe para evangelizar.