Al terminar la jornada de misión es bueno reunirse para hacer una breve evaluación del servicio realizado, las particularidades, etc. y allí, o durante la semana, entregar a la persona encargada de Misión la hoja con los pormenores de la faena, para que ella derive las inquietudes y necesidades de los visitados a los coordinadores parroquiales de los grupos relacionados.
A partir de la semana pasada, por consejo del Vicario, las personas nuevas que van acompañando a cada ministro o catequista que hace la bendición, están dando testimonio en la misa de lo que significó para ellas salir en misión. Esas experiencias relatadas han sido realmente lindas, valiosas y motivantes para otros que también se han querido agregar a la tarea y de esa manera, aumentar el número de misioneros.
Sabemos que el Espíritu Santo nunca descansa, y que continuará alentándonos, motivándonos e infundiéndonos fuerza para sacar adelante la bendición de los hogares y de a poco, nuestra Misión Continental.
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